El Conjuro 4: Últimos Ritos
June 26, 2025
Crítica de la película: El Conjuro 4: Últimos Ritos (2025)
★ ★ ★ ☆ ☆
Tras una década de apariciones demoníacas y reliquias malditas, El Conjuro 4: Últimos Ritos lleva la saga de Ed y Lorraine Warren a lo que se anuncia como su capítulo final. Aunque no alcanza los niveles de terror de sus predecesoras, ofrece suficiente terror, atmósfera y un cierre emotivo para satisfacer a los fans de toda la vida.
Dirigida por Michael Chaves (que regresa de El Conjuro: El Diablo me obligó a hacerlo), Últimos Ritos nos lleva al sur de Francia en 1981, donde un sacerdote expulsado ha desaparecido tras descubrir un ritual blasfemo enterrado bajo una catedral. Cuando los Warren son llamados a investigar, descubren un antiguo culto conocido como la Orden de la Hostia Pálida, una secta cuyo objetivo es nada menos que la ruina espiritual de la Iglesia Católica… empezando por la propia Lorraine.
Patrick Wilson y Vera Farmiga brillan una vez más como los icónicos investigadores paranormales. Su química sigue siendo el pilar emocional de la película, y Last Rites se apoya en su vulnerabilidad más que nunca. Las visiones psíquicas de Lorraine adquieren un giro aterradoramente personal, y la salud de Ed comienza a deteriorarse a medida que las fuerzas malévolas se acercan.
Esta vez, los sustos son más psicológicos que físicos, aunque aún hay muchos momentos escalofriantes. Un funeral que se convierte en posesión. Un rosario que sangra. Una secuencia en el campanario donde el tiempo retrocede. Chaves usa sombras, silencios y sonido distorsionado con un efecto inquietante, aunque algunos sobresaltos parecen más obligatorios que inspirados.
La cinematografía es magnífica, bañada por la luz de las velas y paletas de gris ceniza. Las ruinas de la catedral parecen sacadas de Silent Hill, pero con El Exorcista. La inquietante banda sonora de Joseph Bishara regresa con toda su fuerza, entrelazando cantos gregorianos con un horror ambiental que perdura mucho después de los créditos finales. Donde la película falla es en su ritmo, especialmente una subtrama a mitad de acto que involucra a una monja adolescente en prácticas y que parece poco desarrollada. Y aunque “Últimos Ritos” busca conectar muchos hilos de películas anteriores (incluyendo Annabelle y La Monja), no todo encaja a la perfección. Hay historia, y luego hay exceso de historia.
Aun así, las escenas finales —íntimas, tristes y con hermosas interpretaciones— ofrecen una despedida digna de los Warren. Si este es realmente el final, termina con reverencia, no con gritos.
Veredicto: “El Conjuro 4: Últimos Ritos” es una despedida solemne y espeluznante; menos una montaña rusa, más un réquiem. No es la más aterradora de la saga, pero quizás la más humana.